jueves, 20 de noviembre de 2014

✪ Resurrection Mary ✪

Una noche del mes de marzo del año 1934 una pareja discutió en mitad de la pista de un salón de baile de Chicago, el Oh Henry Ballroom posteriormente conocido como el Willowbrook Ballroom. La chica, notablemente enojada, decidió volver sola a su casa haciendo autoestop, pero desafortunadamente un automóvil la atropelló mientras caminaba por la carretera con dirección a la Avenida Archer. La joven murió en el acto, mientras que el conductor del automóvil se dio a la fuga y jamás fue encontrado. Al parecer nadie reclamó el cuerpo de la víctima y sus restos mortales fueron enterrados en el Resurrection Cemetery de Justice, Illinois (EE.UU.), bajo una lápida sin nombre junto a la tumba de su madre, María Bregovy, fallecida en 1922.


Se la conoce como “Resurrection Mary” porque cuenta una leyenda que su espíritu vaga por los caminos del cementerio, el salón de baile Willowbrook y las carreteras cercanas, ataviada con el mismo vestido blanco y los bonitos zapatos que lucía el día en que murió. Existen multitud de testimonios que corroboran este hecho sobrenatural, muchos de ellos no son tan antiguos.

En el año 1976 la llamada telefónica de un hombre a la policía alertaba de la presencia de una joven que se había quedado encerrada en el cementerio. Cuando el agente Pat Home acudió al lugar comprobó con su linterna que allí no había nadie y todo parecía en absoluta calma, pero algo llamó poderosamente su atención, dos de los barrotes de la puerta estaban inclinados y separados formando un extraño ángulo. Se realizaron pruebas para averiguar qué podría haber sucedido y se encontraron las huellas de unas manos pequeñas más unas marcas de quemaduras cuya textura se parecía a la de la piel. Expertos metalúrgicos no daban crédito a cómo alguien podía haber sido capaz de doblar el hierro de aquella manera.


Otro caso inquietante fue el de un taxista que vio a la joven caminando sola por la carretera a altas horas de la noche, fue en 1989, el hombre se apiadó de ella y le ofreció llevarla a su casa. Conversaban entretenidamente cuando al pasar por delante del cementerio la chica le rogó que pisara el freno y detuviera el coche, a continuación su figura se desvaneció ante los aterrados ojos del taxista.

Pero al parecer el Resurrection Cemetery, uno de los más grandes de Norteamérica, es un lugar muy concurrido por los espíritus de otras chicas que también fallecieron en la zona y están enterradas allí. A Mary Miskowski, de 18 años, la atropellaron en la Avenida Archer la noche de Halloween de 1930 cuando asistía a la fiesta del salón de baile, disfrazada con el traje de novia de su madre. Anna Norkus, de 13 años, pereció en un fatídico accidente de tráfico ocurrido en las inmediaciones del salón de baile Oh Henry cuando regresaba junto a su familia de celebrar allí su cumpleaños.




martes, 18 de noviembre de 2014

✪ Los fantasmas del palacio de Versalles ✪


A principios del siglo XX dos damas inglesas, Annie Moberly y Eleanor Jourdain, fueron de visita al palacio de Versalles (Francia). Visitaron la edificación y los jardines del siglo XVII y allí vivieron una experiencia fuera de lo normal y difícil de olvidar. Mientras caminaban por los hermosos y floridos jardines del palacio comenzaron a sentirse indispuestas, las dos notaban como una especie de opresión y estando en ese estado enseguida repararon en la peculiar y antigua vestimenta de las personas con las que se cruzaron. Un hombre, muy caballeroso, que vestía una capa y algo parecido a un sombrero de ala ancha, se presentó ante ellas. También advirtieron la presencia de una joven que dibujaba, ataviada con un vestido que bien podía pertenecer al fondo de armario de María Antonieta. Ambas quedaron impresionadas por lo que habían visto, parecía como si hubieran viajado atrás en el tiempo. Muchos de los edificios que vieron ya no existían o habían sido modificados. Personas salían por puertas que hacía años no se abrían.

En el año 1911 se dudó del testimonio de estas mujeres, maestras de profesión. Se dijo de Annie Moberly que a menudo aseguraba tener experiencias paranormales. Tal vez, al ser profesoras y poseer gran conocimiento sobre la historia de Francia aquello les hubiera jugado una mala pasada, mezclando en su mente, inconscientemente, recuerdos de lienzos y libros. Quizás todo había sido producto de su imaginación. 

Pero los hechos que vivieron y describieron aquellas damas en realidad sí habían ocurrido. Pues sus testimonios contenían detalles muy precisos respecto a la disposición de los jardines, los ropajes de las personas y los rasgos arquitectónicos del palacio en el siglo XVII.


Tiempo más tarde se descubrió que la experiencia que habían vivido Annie y Eleanor no era única. En 1908 la familia Crooke vio en dos ocasiones a la joven que dibujaba. En 1928 Claire Burroughs y Anna Lambert fueron testigos de cómo un viejo soldado aparecía y desaparecía ante sus ojos. Otro extraño caso data del año 1940, por aquel entonces, Miss Basett, que visitaba el Pequeño Trianón (S/XVIII), entró en trance y comenzó ver personas de otra época que se iban desvaneciendo poco a poco como el humo.  Y el 21 de mayo de 1955 un abogado inglés y su mujer observaron como  dos hombres  corrían alegremente, con los tricornios, botines y polainas características de los trajes del siglo XVIII. Éstos llevaban a una sonriente mujer del brazo, ataviada con un vestido largo, antiguo y escotado.

Cierto o no, hay una leyenda que dice que en el palacio de Versalles se aparecen los fantasmas de María Antonieta y su corte. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

✪ Las criptas abandonadas de Bélgica ✪


En Europa, a finales del siglo XIX, los camposantos comenzaron a quedarse pequeños y fue necesario ampliarlos para poder dar sepultura a todo el mundo. Tomando como ejemplo los cementerios de España y Portugal, se comenzaron a construir hileras de nichos en inmensas criptas subterráneas, laberínticas y de interminables pasillos. Las criptas de Laeken y de Namur, en Bélgica, son un claro ejemplo de ello, famosas por las tenebrosas historias que se cuentan y su peculiar diseño arquitectónico. 

En 1878 el alcalde de la ciudad belga de Laeken, Emile Bockstael, decidió que era necesario remodelar el cementerio local con la construcción de una cripta bajo el mismo. Ésta contaría con tres galerías principales y una docena en cruz.  Años después, entre 1919 y 1928, se ampliaría con cuatro galerías más. En 1933 también se construyó el columbario de lo que hoy en día se conoce como el cementerio militar. Un Columbario es un monumento funerario originario de la antigua Roma que está formado por varios compartimentos o nichos donde se colocan las urnas cinerarias.

El cementerio de Laeken es el último de la Región de tipo «parroquial», que está  construido alrededor de una iglesia según la antigua costumbre cristiana de enterrar a los muertos cerca de los vivos. Otros cementerios de esta clase han sido sustituidos por cementerios municipales ya que en la época de su construcción se ubicaban en zonas alejadas y sin urbanizar. Su estatuaria es obra de los escultores de moda de la época, destaca sobre todo un ejemplar de "El pensador de Rodin" y veladas plañideras de piedra o bronce esculpidas en poses en ocasiones sugestivas inclinándose sobre tumbas coronadas por bustos de personajes notables cuyo fallecimiento se supone que es la causa de tanta desesperación plasmada en ellas. Las plañideras eran mujeres a las que antiguamente se las contrataba para llorar por los difuntos en los entierros. La mayoría de estos monumentos salieron del taller del escultor Ernest Salu (1845-1923). A este cementerio se le conoce como el pequeño "Lachaise" de Bruselas y está considerado como un gran museo de arte funerario al aire libre. La instalación de la familia real belga en Laeken en 1831 y sobre todo la inhumación de la reina Luisa María de Orleans en 1850 aumentaron su atractivo.


Otras ciudades belgas como Namur copiaron el mismo sistema de enterramiento y en 1885 la ciudad recreó en su cementerio una replica exacta, aunque de menor tamaño, de la cripta de Laeken a la que se accede a través de una pequeña capilla situada al final de un camino y en la que una vez dentro hay que bajar una escalera de caracol. Pero los arquitectos que diseñaron estas oscuras criptas no tuvieron en cuenta la climatología o la humedad del subsuelo, así que con el paso del tiempo y las constantes filtraciones de agua fueron degradandolas hasta provocar daños irreparables. Tanto deterioro obligó a que muchas galerías y algunas estancias tuvieran que ser clausuradas, otras incluso corrieron peligro de derrumbe lo que condenó las mismas zonas del cementerio exterior.

El cementerio de Laeken en la actualidad depende de la ciudad de Bruselas y en  2008 se invirtieron 3,7 millones de euros sólo para la rehabilitación de su cripta, respetando la construcción antigua y un poco la decadencia que causó el abandono. Se impermeabilizaron todas las galerías y se construyeron canales de drenaje. Pero la cripta de la ciudad de Namur permanece abandonada desde 1980. Su aspecto es bastante más tenebroso, lúgubre, donde sólo se respira moho y  humedad, donde el musgo cubre viejas lápidas olvidadas de grabados ilegibles y donde las arañas tejen sus telas sobre viejas flores secas y de plástico. Hay lápidas de diferentes épocas, pero las del siglo XIX y principios del XX son las más misteriosas, las que conservan a día de hoy las antiguas fotografías en color sepia de los allí enterrados. Dicen que cuando te adentras en ellas se pierde literalmente la noción del tiempo observando cómo se ha detenido en este lugar de cuyos techos cuelgan estalactitas calcáreas. 
 
Cuando las criptas entraron en desuso algunos de los muertos fueron trasladados por orden de sus familiares a otros cementerios, pero la gran mayoría continuan descansando en paz tanto en Laeken como en Namur. Los primeros enterramientos que se produjeron en ellas fueron a finales del siglo XIX y se hacían en ataúdes de madera barata lo que facilitó que la humedad los corrompiera con el paso del tiempo e hiciera de las criptas lugares insalubres. Los últimos enterramientos en Namur(fue clausurado en el año 1980) se hicieron en ataúdes de zinc… La medida de tomó tarde y la podredumbre transformó lo que antaño habían sido blancas y relucientes lápidas de mármol.